El CCCB recoge a 10 fotógrafos de magnum y, de nuevo, rinde un homenaje al cine, esta vez a través de otras miradas. La exposición brota de los encuentros cinematográficos que los fotoperiodistas han tenido en momentos puntuales de su vida. De cómo la mirada de otros, inevitablemente, ha cambiado su prisma fotográfico y también personal. Me quedo con una frase de Chris Marker que se cita para introducir el trabajo de Harry Gruyaert que se muestra junto a fragmentos de tres obras de Antonioni:
“El azar tiene intuiciones que no debemos confundir con coincidencias”
Por el lado periodístico, merece una reflexión la exposición. Quiero destacar el comentario de otro de los fotógrafos, Mark Power. Y no precisamente para desbancarlo como fotoperiodista sino para reivindicarlo.
“Me siento más próximo al arte o a la ficción que al periodismo tomando fotografías”
Las huellas de la ficción van más allá de la inspiración en el momento en que el fotógrafo explica la vida a través de un prisma irreversiblemente transformado. Cuando, pasando a formar parte de su imaginario particular, esas huellas se convierten en nuevas visiones de la realidad. Igual que las vivencias transforman el entendimiento, también lo hace el cine. Es en el reconocimiento de esa trasformación (explicitados en los textos autobiográficos de los miembros de “mágnum”, en este caso, son esenciales para entender la exposición) que estos fotógrafos dejaban de hacer fotos y pasaban a “cometer imágenes”.
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